jueves, 16 de abril de 2009

Atropello y huída

Anoche a eso de las 11:00 bajé a darle a mi perro, Doro, el paseo de la noche. Cuando volvía a casa me cruce con mi vecino (y colega) Emilio, que bajaba a pasear a sus dos perras: Chusa y Alay. Estas dos perras son las novias oficiales de mi Doro.  Me quedé un poco más pa echar un rato con él.

Hay que tener en cuenta que mi perro es enano, para llegarme a la rodilla se tiene que poner en dos patas (ya hablaré de él cuando toque). Por parte de mi vecino Chusa es una perra enorme, mestiza de pastor alemán y mastín (como poco) bastante tranquila, y Alay es una labradora loca aun cachorro.Se ve que Alay ayer estaba un poco en celo, por lo que mi perro se tiró todo el rato intentando trincársela por donde fuera (como no llega...), mientras que Alay interpreta eso como juego, y empezó a correr como loca por toda la calle (con Doro corriendo detrás o colgado del pecho como un pin). 

El caso es que en una de estas miré y vi que venían directamente hacia mí a toda velocidad. Hice por esquivarla pero para donde me apartaba giraba ella. Total, que me embistió con todo su cabezón directamente a la rodilla izquierda, que se dobló como no se hace y dio un clujido bastante apañado. Esto unido a que caí al suelo retorciéndome  de dolor nos hizo pensar a mi vecino y a mi en posible fractura. No sé por qué además no podíamos parar de reirnos (supongo por lo ridículo de la hostia). Unos 10 minutos después poco a poco se fue disipando algo y me pude ir levantando.

Cuando caí al suelo las dos perras se abalanzaron sobre mi creyendo que quería jugar (mi perro seguía colgado de Alay y pasando tres kilos) y en ese momento pasó un coche que a saber qué es lo que se pensaría al ver a un tio tirado en el suelo con tres perros encima y otro tío mirando.

Como es natural, esta mañana tengo un dolor de rodilla flipante, pero puedo andar, así que a dejarlo que se airee y en dos días como nuevo. Mientras me retorcía de dolor no podía dejar de pensar en que era un accidente demasiado estúpido para pedir la baja, y mi vecino en que llevábamos las mismas zapatillas.

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