Hoy empiezo una nueva sección (y ya van unas cuantas), que es la historia de mis bichos, que he tenido algunos. A todos les guardo bastante cariño, y aquí voy a ir recordándolos.
En primer lugar, de crío crío (con unos 8 ó 9 años) como no tenía mascota, empezó una época de intentar criar un pájaro. ¿Quién no ha rescatado alguna vez algún pajarillo caído de un nido y se lo ha llevado a casa a cuidarlo?... en los pueblos es bastante normal. Pues antes de uno que me durara hice varios intentos breves hasta que llegó mi primera mascota reconocida: Pio-Pio. Sí, el nombre es una mierda, pero aunque era mío se lo puso mi hermana que era friky de Heidi.
Pio-Pio era un avión zapador caído de un nido (muy parecido a las golondrinas). Como los aviones desde el suelo no pueden despegar son un blanco fácil para los críos (y los gatos, los perros, etc...). Éste digamos que tuvo algo de suerte (en principio) porque lo rescaté yo, que quería cuidarlo, en lugar de cualquier otro ser que quisiera hacerle daño.
Le puse una caja de zapatos en mi cuarto y lo alimentaba con alpiste. No debía estar mal del todo cuando al poco tiempo ya ni se asustaba de mi e incluso comía de mi mano. No sé ni cuanto tiempo me duró, pero sí recuerdo llevármelo en verano a la playa (cosas de críos) y también recuerdo que murió de frío en invierno (ahí entendí por qué migraban), o sea, que al menos 6 meses sí que me duró. Nunca la vi volar porque se acomodó a la vida sedentaria. Quizás si en invierno le hubiese puesto algo para que se calentara... en fin, qué se le va a hacer.
Y esta es la breve historia de Pio-Pio, mi primera mascota reconocida. Como no duró mucho tampoco hay mucho que contar.
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